Mariguana, marijuana o marihuana
Distintas formas de escribirlo, los mismos efectos
Psc. Efrén Nolasco Otero
Por mucho tiempo se ha prohibido el consumo de drogas, pero se necesita solo ser mayor de edad para poder consumir tabaco y alcohol. En cambio, otras drogas como la mariguana, que pude tener efectos positivos sobre las personas (claro está con sus debidas restricciones), se ha satanizado. Por la red se pueden leer muchos artículos en los que se habla de los daños que hace esta droga, pero también se encuentran muchos otros estudios que nos hablan de sus usos terapéuticos en ciertas enfermedades. Obvio esta, que si no se legaliza o se regula su consumo, es un poco más complejo estudiar abiertamente sus efectos en la sociedad.
Antes que nada hay que describir que la mariguana es una mezcla preparada de flores, hojas, resina y tallos secos de la planta de cáñamo. Carl Von Linné clasifico a esta planta como “Cannabis sativa” en 1753. Existen otros dos tipos de plantas de mariguana, “Cannabis indica” y “Cannabis ruderalis”, pero ninguna de estas es tan psicoactiva como la primera (Serrano y Diez, 2010).
Serrano y Diez explican, que la mariguana esta incorrectamente considerada como narcótico, ya que en dosis bajas a intermedias los efectos son semejante a los del alcohol y ansiolíticos. A diferencia de los compuestos sedantes e hipnóticos, cuando se incrementa la dosis de mariguana, ésta puede generar euforia, agudización de las sensaciones e, inclusive, alucinaciones. La planta contiene más de cuatrocientas sustancias químicas, la principal es la delta-9-tetrahidrocannabinnol (THC).
Villanueva (2010) describe que la vía de administración más común es la inhalatoria, ya que los efectos se presentan más rápidos; estos efectos aparecen aproximadamente a los 30 minutos de fumarla y duran de 1 a 2 horas (no en todos los usuarios), entre los efectos que se pueden presentar están la euforia, la distorsión en la percepción visual y auditiva, el aumento del apetito, disminución o aumento de náuseas, hilaridad, ansiedad o relajación. En algunos reportes se menciona que la mariguana produce efectos analgésicos y puede ayudar en el tratamiento de las crisis epilépticas. La aplicación terapéutica de la mariguana se ha basado en algunos de estos efectos. Esto coincide con lo que menciona Serrano y Diez (2010), pues describen que la mariguana causa somnolencia e incrementa el tiempo de sueño. Sin embargo, dosis elevadas interfieren con el sueño, causando agitación e insomnio; así mismo los cannabinoides (sustancia activa de la mariguana) generan disminución en la sensibilidad al dolor, lo que indica que la droga tiene propiedades analgésicas.
Los efectos subjetivos que se observan por el uso de mariguana dependen no solo de la dosis, la calidad y la potencia de la droga, sino también del ambiente en que la droga es usada y de las expectativas que tiene el usuario. La naturaleza de una experiencia con mariguana varía dramáticamente de un individuo a otro, esta puede resultar de muy placentera a sumamente desagradable (Segal en Serrano y Diez, 2010).
Como se mencionaba al principio, las investigaciones son contradictorias, pues mientras algunos dicen que la mariguana es tóxica para las neuronas, algunos otros observan protección hacia las neuronas (Earleywine, 2005).
Se ha comprobado que después del alcohol, la mariguana es la droga más comúnmente involucrada en accidentes automovilísticos fatales y detenciones por manejar inadecuadamente. Aun cuando los usuarios experimentados pueden compensar algunos de los efectos negativos de la mariguana en relación con las habilidades que se requieren para manejar, no lo pueden hacer con todos; por ejemplo, esforzarse por enfocar la atención disminuye la capacidad para responder en caso de eventos inesperados (Serrano y Diez, 2010). El uso combinado de estas drogas produce un impedimento mayor en la ejecución de tareas complejas que lo que resultaría del uso de cualquiera de las dos sustancias por sí sola. Uno de los efectos conductuales más comprobables de la mariguana es la distorsión del tiempo. La percepción del paso del tiempo se ve distorsionada pues éste parece transcurrir muy lentamente. Por ejemplo, las personas bajo la influencia de mariguana podría estimar que, después de transcurrido un minuto, el tiempo transcurrido fueron sólo 30 segundos (Serrano y Diez, 2010). Por su parte, Villanueva (2010) explica que el uso crónico de altas concentraciones de mariguana se ha asociado con la aparición y agravamiento de alteraciones psiquiátricas, como psicosis, esquizofrenia, depresión y trastorno bipolar. En estudios forenses se observó que los casos más violentos de muerte por suicidio en accidentes automovilísticos se asociaron con el uso de mariguana. El uso crónico de mariguana también se ha asociado con alteraciones cognitivas, como disminución de la memoria y falta de concentración.
Ahora, hablando sobre sus posibles usos médicos, inicialmente en forma empírica y después experimentalmente se ha evidenciado que la mariguana tienen efectos que pueden utilizarse en la medicina (Villanueva, 2010). Hasta antes de 1900, los productos de mariguana eran utilizados como estimulantes del apetito, relajantes musculares y analgésicos (Kuhn y cols. en Serrano y Diez, 2010). Earleywine (2005) nos menciona que el uso de la mariguana para tratar distintas enfermedades ayudó a su difusión desde Asia al resto del mudo. Earleywine también nos dice que la planta se utilizaba de forma habitual en la farmacopea y medicina tradicional como tratamiento para el dolor, las convulsiones, los tirones musculares, la falta de apetito, las nauseas, el insomnio, el asma y la depresión; su uso potencial para aliviar los dolores del parto, los dolores premenstruales y los menstruales también han sido objeto de atención en múltiples estudios clínicos desde la antigüedad hasta la actualidad.
La mariguana alivia tres clases generales de trastornos neurológicos: 1) espasmos musculares (particularmente en pacientes con esclerosis múltiple y lesiones de la columna cerebral), 2) trastornos del movimiento (por ejemplo, la enfermedad de Parkinson) y, 3) epilepsia. Es importante tener en cuenta que la mariguana no se propone como cura, sino como medicamento que alivia las manifestaciones asociadas (Serrano y Diez, 2010). Por el contrario, se ha mostrado que el uso de la mariguana precipita o agrava de manera aguda la sintomatología de la esquizofrenia (Serrano y Diez, 2010).
Se han hecho observación del uso de mariguana en pacientes con ciertas enfermedades, por ejemplo, la enfermedad de Parkinson es un padecimiento crónico degenerativo que se caracteriza por la muerte progresiva de neuronas que liberan dopamina en la sustancia negra cerebral. En la enfermedad de Parkinson se altera el movimiento y funciones cognitivas, lo que lleva a la incapacidad progresiva del paciente. En diferentes estudios experimentales realizados en modelos animales de Parkinson se ha observado que protegen de los cambios neuronales y de movimiento. Sin embargo, los estudios realizados en pacientes a los que se les ha administrado mariguana por vía oral no han arrojado resultados de mejoría (Villanueva, 2010).
La esclerosis múltiple es un padecimiento crónico degenerativo que se inicia en adultos jóvenes y se presenta como desmielinización progresiva de las terminales nerviosas, lo que da lugar a fatiga, debilidad muscular, incontinencia, dolor y espasticidad. Dado que los cannabinoides modulan la liberación de algunos neurotransmisores y tienen efecto inmunosupresor, se pensó que podrían aplicarse en la esclerosis múltiple. De hecho, en modelos animales de la enfermedad se observó que los cannabinoides sintéticos controlan la espasticidad y el temblor, por lo que se postuló que quizás los cannabinoides sintéticos con poco efecto psicotrópico podrían utilizarse como una modalidad terapéutica en la esclerosis múltiple. En estudios clínicos realizados en pacientes con esclerosis múltiple se ha reportado disminución significativa de la espasticidad; sin embargo, esos estudios han sido criticados por el hecho de que se basaron en escalas subjetivas para medir el grado de espasticidad, por lo que se ha sugerido que se realicen estudios doble ciego en los que los cannabinoides se comparen con el tratamiento que actualmente se utiliza; de tal forma que se compruebe su efectividad y se pueda evaluar el riesgo de los efectos psicotrópicos comparado con la mejoría de la espasticidad (Villanueva, 2010).
Algunos investigadores sugieren que los cannabinoides podrían ser utilizados en el tratamiento del cáncer. Este postulado se basa en diferentes estudios “in vitro” e “in vivo” en los que se ha demostrado que los cannabinoides inhiben el crecimiento de células tumorales y de tumores a través de la inhibición del ciclo celular, la angiogénesis y la formación de metástasis. Es importante destacar que todas estas investigaciones han sido a nivel experimental en animales con cáncer o cultivo de células cancerosas, que los resultados son prometedores pero no se han comprobado en humanos y que la experimentación clínica se ve limitada por los efectos psicoactivos de los cannabinoides. Los tumores sensibles a la inhibición del crecimiento por cannabinoides son el carcinoma pulmonar, el glioma, el epitelioma tiroideo, algunos tipos de linfoma y leucemia, el carcinoma de piel, el carcinoma de útero, el carcinoma de mama, el carcinoma de próstata, el astrocitoma y el neuroblastoma (Villanueva, 2010)
El glaucoma es un padecimiento en el que aumenta progresivamente la presión intraocular, lo que lleva a la ceguera. Debido a sus efectos vasculares (vasodilatación), los cannabinoides reducen la presión intraocular, por lo que se ha estudiado su uso potencial en glaucoma (Villanueva , 2010). Algunos estudios realizados durante los años setenta encontraron que la mariguana reduce significativamente la presión de los fluidos intraoculares. Varias investigaciones realizadas con pacientes con glaucoma han demostrado que, en la mayoría de los sujetos que se les da mariguana para fumar, la hipertensión ocular disminuye entre 20 y 40 por ciento durante 4 a 5 horas; sin embargo, a la fecha no se utiliza ni la mariguana fumada ni los medicamentos hechos a partir de ella como tratamiento para este padecimiento (Serrano y Diez, 2010).
Ya para terminar, hasta la fecha, no se han reportado muertes que puedan ser atribuidas directamente al uso de mariguana (Julien en Serrano y Diez, 2010), aunque, como ya se menciono, el uso imprudencial de esta pude generar accidentes. Una de las razones por las que se cree que la mariguana es el enlace a otras drogas, es porque en la calle se han encontrado muestras adulteradas con otro tipo de sustancias, como LSD (Pradhan en Serrano y Diez, 2010).
Es por todas estas razones que surge la controversia de legalizar o no legalizar el consumo de mariguana, aunque como ya se menciono existen evidencias de su posible uso terapéutico, lo que haría más tolerables, por ejemplo, las quimioterapias o, incitar el apetito en enfermos con trastornos alimenticios como la anorexia . Hay que pensar en todos estos beneficios como tratamiento opcional y más natural, pues se comprobó en los años noventa, que nuestro cerebro posee neuroreceptores de cannabinoides. Sin embargo, el uso desmedido de esta droga podría traer más problemas en el cuerpo que beneficios. Por otro lado ¿entonces porque no prohibir el alcohol y el tabaco, si estos, hasta donde se tiene entendido, no tienen ningún beneficio terapéutico?
Referencias
Earleywine, Mitch (2005) Marihuana. Reconsiderando la evidencia científica. Barcelona, España. Masson, S.A.
Serrano, Ingrid y Diez, Oscar (2010) Drogas y Conducta. Propiedades, efectos, usos médicos y riesgos potenciales de las drogas psicotrópicas. UDLAP, Universidad Veracruzana y Universidad Veracruzana Intercultural. México.
Villanueva, C. (2010) Los pros y los contras del uso de la mariguana. Cuicuilco vol.17 no. 49 México. Jul./Dic. 2010
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