Un estudio realizado por el Centro Senckenberg para la Evolución Humana ha revelado que las personas en Europa utilizaron métodos de tala y quema para hacer que la tierra se pudiera utilizar para la agricultura durante el período Mesolítico.

Gracias a que un equipo de cientificos tomo muestras por perforación de núcleo en el valle de Ammer en Alemania se reconstruyó el paleoclima a través de análisis de polen en micro y macro restos de carbón. El estudio, publicado en el “Journal of Quaternary Science” revela que las muestras datan de hace unos 10.100 y 9.800 años y sugiere que la vegetación abierta y rica en humedad en ese momento estaba dominada por incendios naturales.

El Mesolítico comenzó con el Holoceno, un cambio climático que vio un período cálido hace unos 11.700 años que también provocó la reforestación de pinos, abedules y avellanos. Las manadas de animales de la estepa de la edad de hielo, como el reno o el mamut, fueron reemplazadas por animales del bosque como el ciervo y el jabalí.

“Típicos del Mesolítico son los llamados microlitos, pequeños implementos de pedernal, que al comienzo del Mesolítico se fabricaban principalmente en forma triangular y luego cuadrangular. Se han recuperado numerosos artefactos de este tipo de los hallazgos dispersos del Mesolítico de Rottenburg-Siebenlinden cerca de Tübingen, Alemania”, explica Shaddai Heidgen, estudiante de doctorado en S-HEP.

El paisaje del valle de Ammer cambió durante el período mesolítico, creando condiciones favorables para los asentamientos mesolíticos como los que se encuentran en Rottenburg-Siebenlinden. Los incendios crearon sitios atractivos para los herbívoros, así como vegetación pionera como las avellanas.

Según el estudio, la gente de esa época comenzó a utilizar los métodos de tala y quema específicamente para sus propios fines, a partir de hace 9.500 años.

Heidgen dijo: “Nuestros análisis de carbón y polen muestran que los frecuentes incendios en un paisaje cada vez más dominado por árboles de hoja caduca fueron controlados por cazadores-recolectores del Mesolítico. Además, los horizontes arqueológicos del área de asentamientos mesolíticos coinciden con los fuegos más bien débiles pero frecuentes”.